M i      M a e s t r o

 

Un buen recuerdo de mi maestro

 

Cuando se me preguntó cuál profesor me había marcado en mi proceso de formación, sin dudarlo pensé en mi maestro de Inglés, artes y teatro, Sergio Muñoz, él siempre  me enseñó que la vida es un escenario y en ella se logra expresar con fuerza lo habitado en cada uno. Se debe reconocer, valorar y comprender el mundo, pues en él, se puede alcanzar lo soñado.

Mi maestro me enseñó infinidad de cosas desde realizar una máscara, hasta como cautivar al público en una función. En mí despertó la competencia lúdica, y ésta me ha dado gran parte de lo que hasta el momento poseo. El teacher a quien así le digo de cariño, es un ser: alegre, dinámico, entusiasta, arriesgado, artista, bilingüe, consejero, emprendedor, líder… Juntos exploramos el mundo del escultismo, caminamos,  construimos, acampamos, y exploramos, entendimos los principios y las virtudes de un buen ciudadano; conocimos a Baden Powell y la importancia de aprender haciendo, aprender jugando y aprender al aire libre. Fue un maestro que acompañó y recorrió senderos de conocimiento.

Sergio Muñoz es mi maestro y su proceso conmigo no fue fácil, pues mi juventud como la de mis otros 12 compañeros de clase era enérgica, dinámica e inquieta, por ello, considero que el maestro debe conocer a sus estudiantes y sumergirse en su realidad, para así aportar a sus necesidades. Ahora bien, no puedo desconocer que profes como la chula, billy, chivito, moto ratón, jair, Angelino, giorgio… hayan aportado en mi crecimiento y gracias a sus experiencias de vida he comprendido que nuestra existencia solo tiene sentido en la diferencia. Todos son necesarios y cada uno tendrá sus discípulos, los matemáticos a todos los inquietos por los números, los religiosos a todos los que comprenden un principio superior como Dios de amor, los científicos a todos los curiosos por experimentar y comprobar, los deportistas a todos los que les gusta la motricidad y el ejercicio, los sociólogos a todos los maravillados por la cultura y la geografía, los filósofos, a todos los amantes del pensamiento como pilar y fundamento de nuestra propia vida y así todas las demás.  De mi parte descubrí en los conocimientos y experiencias de mi maestro elementos que se articulan con la vida, me permiten acercarme al otro, a la naturaleza, a Dios.

Hoy doy gracias a los maestros que viven su papel y motivan a muchos niños, jóvenes y adultos a vivir la vida como si fuera un escenario porque…

 

“La vida es una bella obra, en la que todos tenemos un gran papel”

 

¡FILOSOFA Y VIVE!

Andru Mach.